¿Cuantas veces has leído aquello de “la vida es demasiado corta para extraer el USB con seguridad”?
¿Alberga realmente un riesgo extraer las memorias USB de forma brusca? La respuesta es sí. Corremos el riesgo de que los datos contenidos en la memoria se corrompan.
Aunque la unidad no esté en ese momento escribiendo/leyendo información, podría perderse la información que almacena. Por defecto, los sistemas operativos en su mayoría utilizan la memoria caché para mejorar el rendimiento de los equipos. Forzar una extracción segura indica al ordenador que debe proceder a vaciar la caché, asegurándose de que todas las acciones pendientes ya se han completado y que ningún proceso se va a interrumpir.
Windows, en principio, desactiva este tipo de búfer en la unidades que considera extraíbles, pero el problema es que Windows no siempre es capaz de reconocer todas las memorias USB como extraíbles. Y en estos casos, aumentan las probabilidades de que se corrompan los datos. Esta configuración puede modificarse clicando con el botón derecho sobre el icono de la memoria USB y seleccionando Propiedades/Políticas/Eliminación rápida. Estaremos desactivando la memoria caché a costa de sacrificar rendimiento.
No obstante, la caché no es la única responsable de la pérdida de datos: a veces, programas que operan en segundo plano bloquean elementos almacenados en nuestra memoria. Es lo que ocurre cuando, aún procediendo a extraer en condiciones de seguridad, recibimos el mensaje de que la unidad está en uso; en este caso, podremos servirnos del Administrador de Tareas para forzar la expulsión.
